domingo, 24 de agosto de 2008

Promesas de Dios cumplidas

2 Crónicas 22:10 - 23:3

"Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo había muerto, tomó medidas para eliminar a toda la familia real de Judá.

Pero Josaba, que era hija del rey y esposa del sacerdote Joyadá, raptó a Joás hijo de Ocozías cuando los príncipes estaban a punto de ser asesinados. Metiéndolo en un dormitorio con su nodriza, logró esconderlo de Atalía, de modo que no lo mataron

Seis años estuvo Joás escondido con ellos en el templo de Dios, mientras Atalía reinaba en el país.

En el séptimo año, el sacerdote Joyadá se armó de valor y convocó a los siguientes capitanes: Azarías hijo de Jeroán, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maseías hijo de Adaías, y Elisafat hijo de Zicrí.

Éstos recorrieron todo el país convocando a los levitas de todos los pueblos de Judá y a los jefes de las familias de Israel, para que fueran a Jerusalén.

Allí toda la asamblea reunida en el templo de Dios hizo un pacto con el rey.Joyadá les dijo: «Aquí tenéis al hijo del rey. Él es quien debe reinar, tal como lo prometió el Señor a los descendientes de David."


2 Crónicas 23:11-15

"Luego sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona, le entregaron una copia del pacto y lo proclamaron rey. Joyadá y sus hijos lo ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!»

Cuando Atalía oyó la gritería del pueblo que corría y aclamaba al rey, fue al templo del Señor, donde estaba la gente.

Allí vio al rey de pie, junto a la columna de la entrada, y a los capitanes y músicos a su lado. Toda la gente tocaba alegre las trompetas, y los cantores, acompañados de instrumentos musicales, dirigían la alabanza. Al ver esto, Atalía se rasgo sus vestidos y dijo: ¡Traición! ¡Traición!"



Muchas veces en nuestra vida, recibimos muchas promesas de Dios y a veces tal como paso con la promesa de los reyes que sucederían a David, nuestras promesas parecieran verse arrebatadas por alguien o destruidas por el enemigo y en esas ocasiones solemos desanimarnos, con respecto a la promesa que Dios nos dio a modo que se nos olvidan que El las dio.

Una vez leí un comentario que decía: “Lo bueno es enemigo de lo mejor” A veces este dicho es tan común en nuestras vidas, dejamos de lado grandes metas que Dios había respaldado con promesas, y solo por que nos conformamos con lo que recibimos, o en situaciones como la anterior mencionada son arrebatadas esas promesas del todo de nuestra memoria.

¿Te digo algo? ¡Dios aun se acuerda de las promesas que te a dado! “No es hijo de hombre para que se arrepienta”

Tu que recibiste promesas de ganar una nación, o de ser honrado grandemente con tu trabajo, o que levantaras ministerios, o que el proyecto que tenias en mente, aunque pareciera casi imposible de lograr, etc. Te cuento que si Dios te la dio el lo va a cumplir, no importa como tenga que actuar, no importa a quien va a utilizar, no importa el medio con el que lo hará, porque si el El lo dijo, eso será hecho. Un vez oí un cometario que me motivo mucho, era el pastor de una gran iglesia, comentaba que cuando recibió la visión de que tendría una gran iglesia el dijo “Bueno, si Dios lo dijo, El vera como se las arregla para hacerlo”.

A veces con estas promesas nos frustramos de cómo hacerlas reales, y la clave es confiar en que Dios la cumplirá, y reconocer que no es algo que este en mi el hacer si no Dios.

Así como Joás, con solo 7 años fue proclamado rey de Judá(aunque en estos tiempos puede parecer ilógico que un niño reine) lo que Dios estaba haciendo, era cumplir su promesa.

Recuerda todas aquellas promesas que Dios te ha dado, y si las olvidado porque creíste que no se cumplirían, pídele perdón a Dios y esperando en El, ve como se hacen realidad.




1 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas veces nos conformamos con las migajas, y olvidamos que como Hijos de Dios podemos comer en la mesa del Rey de reyes el mejor de los baquetes, en la mejor de las compañías.
Tu post me recuerda algo que una vez oí de mis líderes... si queremos buscar de verdad el rostro de Dios, entonces no hagamos sólo lo bueno. Hagamos lo óptimo, y busquemos lo que es verdaderamente excelente.
Podemos ser mediocres en muchas cosas, pero nunca poco diligentes al momento de entregarle TODO a Él...